lunes, 28 de octubre de 2013

ES NECESARIA NUEVAS AGENDAS DE CONCERTACION SOCIAL? (*)



Todo lo que sucede en el mundo político repercute en todos los sectores de la Sociedad. Los grandes estudiosos de la Ciencias Políticas desde hace años lo han señalado. En los actuales momentos, todos los sectores, en especial, para quienes estamos en el mundo de la Sociedad Civil, mejor dicho del pueblo organizado en sus múltiples manifestaciones que permite la normativa jurídica vigente en Venezuela, nos estamos repreguntando si es necesaria nuevas agendas de concertación social para los futuros años.
En ese marco, desde Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” de la Universidad de Los Andes, estamos participando como socios en el proyecto Gobernabilidad Democrática y Sociedad Civil en Venezuela: Nuevos marcos de actuación y agendas para la concertación social (2012-2016) emprendido por el Instituto Venezolano de Investigaciones Sociales y Políticas (INVESP) con el apoyo de la Unión Europea (Venezuela) conjuntamente con CEDISUC (Estado Sucre).
La finalidad de esta iniciativa desde las organizaciones sociales es fortalecer los procesos de reflexión y autoconocimiento de la sociedad civil venezolana en su relacionamiento con los actores institucionales del poder político y sus aportes en un proceso de transformación que enfrenta el país, en la búsqueda de oportunidades para construir propuestas concertadas para el diálogo y el trabajo en común que permita niveles crecientes de gobernabilidad democrática en el país.
En el marco que nos articula entendemos que “un gobierno democrático se caracteriza fundamentalmente por su continua aptitud para responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferencias políticas entre ellos”.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el concepto anteriormente señalada abarca también, la capacidad de una sociedad de definir y establecer políticas y resolver sus conflictos de manera pacífica dentro de un orden jurídico vigente. Esta es una condición necesaria de un Estado de Derecho junto con la independencia de los poderes y un sistema legal que garantice el goce de las libertades y derechos –civiles, sociales, políticos y culturales– de las personas. Para ello se requiere de instituciones basadas en los principios de equidad, libertad, participación en la toma de decisiones, rendición de cuentas y, promoviendo la inclusión de los sectores más vulnerables.
Otro concepto, que genera polémica es la sociedad civil, que abarca una amplia gama de organizaciones. En un sentido amplio, incluye todas las estructuras y organizaciones ajenas al mercado (empresas privadas) y al Estado en las que la gente se organiza para perseguir objetivos e ideales compartidos.
En el ámbito del desarrollo, hay una tendencia a pensar sobre todo en términos de organizaciones no gubernamentales (ONG) cuyas misiones están explícita y únicamente relacionadas con el desarrollo. Sin embargo, la sociedad civil, en su sentido amplio, también incluye asociaciones de agricultores, asociaciones profesionales, organizaciones de base comunitaria, grupos ambientales, institutos de investigación independientes, universidades, organizaciones religiosas, sindicatos y medios de comunicación sin fines de lucro, así como otros grupos que no se dediquen a actividades de desarrollo.
Esta definición amplia es generalmente aceptada en el mundo de los profesionales del desarrollo. En este estudio se está utilizando el sentido más amplio incluyendo figuras protagónicas de la organización social en Venezuela como lo son los Consejos Comunales y las Comunas.
Recientemente, en un taller facilitado por el proyecto, una participante definía sabiamente, que la Sociedad Civil, es simplemente, el pueblo organizado; por lo cual, todas las organizaciones sociales, canalizamos de una u otra manera, las inquietudes de las comunidades y de las personas.
Pero si es una realidad, que el mismo pueblo organizado, debe buscar sus propias y nuevas agendas de concertación social ante una realidad cada día más agobiante e injusta.
(*) Walter Trejo Urquiola. Politólogo. Educador para la Paz. Coordinador General Cátedra de la Paz /Universidad de Los Andes.

RECONSTRUYENDO SABERES (*)



Las expectativas[1] iniciales de las/los participantes en la primera cohorte del DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ, desarrollado de marzo a septiembre 2013, desde la Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar A. Romero” de la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela) se centró básicamente en “aprender”, “reconstruir”, “compartir experiencias” y obtener “herramientas” de la Cultura de Paz.
Una de las participantes, señaló que “llegamos con un conocimiento o información de algunos de los contenidos, y salimos con mejores conocimientos para la vida”.
Ello, con el propósito de “crecer como persona y ser capaz de transmitir lo aprendido”; “mejorar las relaciones inter personales en la institución y basar las nuevas en un ambiente de paz y compañerismo”; y, [reflexionar] “acerca de nuestra Cultura para poder transformarla en una de Paz”.
Conforme se desarrollaba la formación contempladas en ocho (08) módulos, nos encontramos inquietudes, reflexiones y comentarios que iban validando los contenidos y su pertinencia:
  1. Sobre la sesión Cultura de Paz y Educadores/Educadoras para la Paz: “La pertinencia del tema y la aplicación más que fortalecerla es continuarla como hasta ahora[2] (Participante).
  2. Sobre la sesión Facilidades para la Preparación y Administración de Actividades Didácticas en Cultura de Paz: “Un taller práctico que no solo un docente puede usar en un aula de clase, sino cualquier activista con ánimos de comunicar una información de suma importancia, no solo es académico sino práctico a todas las carreras y áreas de trabajo, comunicando de forma didáctica las informaciones”[3] (Participante).
  3. Sobre la sesión Educación en Derechos Humanos: “El espacio para la coincidencia y diferencias permite que crezcamos cada día más son olvidar que lo diferente de lo común y lo común es diverso[4] (Participante).
  4. Sobre la sesión Resolución Pacífica de Conflictos y Cultura de Paz: “Que le conflicto es totalmente diferente de la violencia… Descubrí que percibo el conflicto como negativo aunque sé que representa una oportunidad, en la práctica  me cuesta asumirlo[5] (Participante).
  5. Sobre la sesión La Diversidad nos lleva a la Paz: “Reconocí la discriminación desde la infancia como una manera de exclusión… asumí  principios y criterios personales para no afectar la discriminación. Ver y tolerar al otro[6] (Participante).
  6. Sobre la sesión Eco Cultura de Paz: “Que el abordaje de la temática ambiental desde una Cultura de Paz no solo debe considerar los riesgos y problemas, sino también las soluciones que existen muchas probabilidades de hacer y actuar con responsabilidad social, e individual en relación a la temática ambiental[7] (Participante).
  7. Sobre la sesión Mis emociones y la Inteligencia Emocional a favor de la Paz: “Debo aprender y practicar a identificar las emociones ya que inconscientemente las enmascaramos[8] (Participante).
  8. Sobre la sesión Democracia y Participación Ciudadana en la Cultura de Paz: “            La temática es sumamente importante para que estando organizados o no entender y en consecuencia podamos participar de manera planificada en el diseño, ejecución evolución de las políticas públicas que nos interesan y en todos en general para generar cambios y transformaciones de manera más efectiva y eficaz[9] (Participante).
Es importante resaltar, el impacto a nivel personal entre los y las participantes, que fueron sistematizados en el trabajo final (historia de vida) donde debían contrastar su recorrido personal con los hitos vivenciales que permitieron la construcción del conocimiento previo y la consolidación de una identidad hacia la paz, que les permite posterior al Diplomado Nacional, reafirmarse cada uno/a como “Educadores/as para la Paz”. Algunos de esas expresiones, recogidas de los trabajos finales[10], nos dan fe de este impacto:
·         “Muchas gracias por los conocimientos adquiridos y aún más gracias por demostrar que aunque se tenga el corazón como una piedra se puede ablandar como una almohada. Sin obligación de hacer algo obtuve mejorar mi comunicación con los demás. Muchas gracias” (Participante).
·         Con la llegada de Cátedra de la Paz a mi vida y a la vida de mi organización he podido canalizar muchísimas situaciones difíciles la Cultura de PAZ, me ha ensenado que el camino es tan difícil como tú lo veas porque siempre hay una opción positiva, porque en mi hay un ser de paz de prosperidad. Y es que como dije antes nada es casual, Cátedra de la Paz era una de las piezas destinadas a complementar mi organización pues que mejor guía y modelo a seguir” (Participante).
·         “Desde mi perspectiva de formación integral, en discapacidad, ya que he trabajado, convivido y estudiado con personas con cualquier discapacidad, estudiado y revisado documentos filosóficos, legales, políticos, programáticos, técnicos de dimensiones mundiales, regionales, nacionales y locales de las diferentes áreas sociales, he logrado entender, luego de culminado el Diplomado en Cultura de Paz, que cualquier misión social que tengamos que emprender debe estar acompañada por la cultura de paz como herramienta indispensable para el logro del respeto a los derechos humanos, sea de cualquier grupo vulnerable en el que nos enfoquemos, y que el acompañamiento de los otros que luchan igual que nosotros, la sinergia, potencia el trabajo de todos” (Participante).
·         “Otra experiencia de la que no tengo forma de describir lo maravillosa que ha sido para mí, es precisamente ésta que estoy culminando, la sistematización de mi historia, porque cuando uno hace un recuento de su propia vida, ve desde otra perspectiva todo lo ocurrido y se da cuenta que todo, absolutamente todo fue necesario para llegar a donde estoy, quizá en otro momento hubiese querido que varias de las experiencias no hubiesen pasado pero precisamente esas experiencias fueron las que me dieron la fuerza, el empuje y el combustible para seguir abriendo caminos” (Participante).
·         “Este Diplomado fue una experiencia de vida, los viajes, la dinámica de los encuentros, el interactuar con todos los participantes venidos de tan diferentes lugares y de tan diferentes quehaceres, de forma de ser y de actuar particulares, el conocimiento de cada uno de los facilitadores, sus propias experiencias de vida, la expectativa de cómo iba hacer cada encuentro, porque siempre había algo nuevo que sorprendía en las clases, aunque quizás una de las experiencias para mí que más me movió el piso, fue la dinámica “Un paso al frente”, nunca había podido observar tan claramente la situación social de este país y particularmente eso me hizo comprometerme más en mi deseo de hacer algo positivo en favor de esta sociedad” (Participante).
·         “Fue hasta el Diplomando Nacional en Cultura de Paz con la gente de la Cátedra de la Paz de la ULA que retomé el tema y profundice un poco más este asunto cuando se me presenta la democracia no sólo como un sistema de gobierno sino como una forma de vida. Desde esta perspectiva y al echar un vistazo a mi pasado caigo en la cuenta de que en mi hogar la vivencia era muy democrática” (Participante).
·         “Estoy tan motivado en esta corriente de derechos humanos, justicia y paz que hasta mi trabajo final de postgrado está orientado hacia la sistematización de los principios jurídicos, pedagógicos y lasallistas del derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad en los jóvenes, como un aporte a la construcción de la cultura de paz en los centros educativos…. Mi gran desafío es cómo potenciar cada vez más todo este equipamiento desde mi ámbito familiar” (Participante).
Como podemos observar, en los aportes seleccionados de algunos de los y las participantes, la construcción y re-construcción de los saberes fue un proceso dinámico, flexible, participativo, creativo, cuestionador y proactivo en cada sesión de trabajo, lo que nos permite validar la propuesta pedagógica iniciada desde los años 1990, por la Cátedra de la Paz en un nuevo nivel del conocimiento académico enmarcado en el DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ.
(*) Walter Trejo Urquiola. Politólogo. Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar A. Romero”. Mérida. Octubre, 2013.


[1] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Cultura de Paz y Educadores/Educadoras para la Paz, Sistematización de las Expectativas de las/los Participantes. Mimeo – Mérida, Venezuela.
[2] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Cultura de Paz y Educadores/Educadoras para la Paz, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[3] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Facilidades para la Preparación y Administración de Actividades Didácticas en Cultura de Paz, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[4] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Educación en Derechos Humanos, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[5] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Resolución Pacífica de Conflictos, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[6] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) La Diversidad nos Lleva a la Paz, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[7] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Eco Cultura de Paz, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[8] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Mis emociones y la Inteligencia Emocional a favor de la Paz, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[9] Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar Arnulfo Romero” (2013) Democracia y Participación Ciudadana en la Cultura de Paz, Sistematización del “¿Qué aprendí?” de la sesión por parte de las/los Participantes. Diplomado Nacional en Cultura de Paz, Mimeo – Mérida, Venezuela.
[10] Las expresiones aquí citadas son confidenciales, dado que fue uno de los principios del trabajo final. De allí que no se identifique el autor/autora del mismo.

lunes, 21 de octubre de 2013

LOS PRIMEROS EDUCADORES/AS PARA LA PAZ....


Iniciare mis palabras, en estos breves minutos, recorriendo lo que ha significado para nosotros/as, desde Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar A. Romero” esta primera experiencia del DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ.La razón de ser desde sus inicios, de Cátedra de la Paz ha sido generar en la gente nueva re significación y reconstrucción de su práctica en el marco de la Cultura de Paz.
Retomo las sabias palabras, de esta reconstrucción presentada en el II Congreso Nacional Universitario de Cultura “El Arte y la Paz”, en Mérida, 11 y 12 de Noviembre de 2010, por el Licenciado Julio Parra Maldonado, integrante de la Junta Directiva de Cátedra de la Paz, al señalar que …Lo primero es encontrarnos con los otros. En ese encuentro, que llamamos Cátedra de la Paz son muchos los otros que han encontrado que hacer. Otros que se acercan, otros que se buscan, donde han convergido educadores, profesionales, universitarios, artistas, estudiantes de todos los niveles, amas de casa, jóvenes desempleados, promotores comunitarios, trabajadores de todos los campos, adolescentes, niños y niñas con el apoyo de sus familias, gente de las comunidades beneficiadas con los proyectos, voluntarios locales, pero también venidos de otros lugares de Venezuela y de otras partes del mundo.
Y así se suman esfuerzos por una Cultura de Paz. Una suma de esfuerzos, con una orientación que asocia, que crece, que hace crecer, que asoma una Cultura de Paz, propia aunque aunada a las corrientes mundiales, que permite dar estos aportes teóricos, metodológicos y muy prácticos a las localidades donde se desarrolla el trabajo diario, pero también para compartir con muchos otros que tienen la voluntad por un país que solucione sus dificultades, problemas y diferencias en un marco de Paz y democracia. Un país donde todos respetemos las diferencias, y aceptemos la necesidad del sacrificio para solucionar esos problemas sin violencia.
Diálogo, formación, ideas comunes, propuestas a problemas, alternativas que contemplen los principios y valores propuestos de Cultura de Paz, para lograr organización. Y todo con mucha participación de los afectados por los conflictos y también, necesariamente, de los generadores de conflictos.
Y también se hace necesaria la acción. Un paso importante es la planificación y ejecución sistemática de la acción. Inicialmente un proyecto que ordene las actividades; un seguimiento a la acción, que involucre evaluación y retroalimentación. Acá caben todas las técnicas y metodologías para la acción, siempre que respeten el conjunto de valores que acordamos son la Cultura de Paz. Es importante el método, pero más importante es que recordemos que en la vida, y de eso se trata de vida, no todo está metódicamente estructurado. Por lo menos no lo hemos acordado aún.
Acá convergen mucho de cultura popular, la educación popular, la investigación acción, arte, criterios sociológicos, panificación estratégica, gerencia social, historia local, teorías de desarrollo, teoría social (o teorías sociales), sicología, didáctica, pedagogía, andragogía, administración organizacional, ecología, comunitarismo, reportes mundiales, redes sociales, comunicación, ciencias políticas, tecnologías de la información, economía y pare de contar. Lamentablemente, y afortunadamente, la vida es complicada. Recordemos aquello de “respeto a la vida”.
La experiencia de Cátedra de la Paz decía Julio Parra Maldonado (2010) integra el conocimiento y praxis universitarios con la participación comunitaria, en la búsqueda de soluciones y alternativas a los problemas sociales. Así, de este encuentro surge toda una investigación - acción social, que arroja resultados como elaboración y desarrollo de proyectos, investigación del impacto de los programas, referencia para otros investigadores, propuestas de intervención comunitaria, formación de grupos de personas y de instituciones para la participación; en fin, una serie de postulados teórico - prácticos que permiten proyectar nuevas acciones con orientaciones asertivas para el logro de nuevos resultados.
Trabajar con la gente, respetando a la gente, asumiéndonos gente. No objetos de estudio; sujetos de vida es lo que debemos ser, sentirnos y hacer sentir. Y por supuesto mucha, pero mucha creatividad. Más que una receta precisa para un plato magistral, se debe asumir la Cultura de Paz, como una creación permanente, como arte creativo, como el camino del ensayo y logro, porque el error nos conlleva a mayores conflictos.
De este saber colectivo construido en veinte y seis años, lo hemos querido transferir en lo vivenciado en el DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ. Lo realizado, lo aprendido y lo reaprendido, lo significativo y lo innovador, lo humano y lo sagrado, lo pagano y lo virtuoso, las alegrías y los sueños, las esperanzas y las desesperanzas, que hemos vivenciado en cada paso del DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ, nos permite hoy en día, que si acertamos con la propuesta de profesionalización en este nivel académico para que hombres y mujeres, de todas las edades, sin distinción alguna puedan convertir no por un interese económico ni por un cargo, sino por el despertar en cada uno/a de ser fieles a una opción de vida que tenga como norte la promoción de la Cultura de Paz.
CREER ES TRANSFORMAR…nos decía el Monseñor Oscar Arnulfo Romero, guía y norte de la Cátedra de la Paz; sus palabras siempre nos han animado cada año, en las buenas y en las malas, en las dichas y en las adversidades; pero fiel al pensamiento de Mons. Romero, mártir de las Américas, próximamente elevado a los altares por su santidad, el papa Francisco, queremos demostrar a quienes nos acompaña en este recinto de la Ilustre Universidad de Los Andes, que estos hombres y mujeres han creído, que la Cultura de Paz es posible desde nuestro interior, desde nuestra alma para ser reflejo ante terceros, no solo de discursos ni parafraseando oraciones sin sentido, sino que es posible vivir y tener una opción preferencial por los pobres, desde la promoción de la dignidad humana y el respeto de los derechos humanos, rechazando todo tipo de violencia y respetando todos los estilos de vidas; que nos permita transformar, en primer lugar nuestros corazones y almas, luego el metro cuadrado donde cada uno/a se desenvuelven diariamente, creyendo firmemente que si es posible una sociedad basada en el amor, en la paz y la justicia.
Sin duda alguna, teníamos mucho que seguir diciendo hoy, con la emoción que nos embarga en este acto de certificación de la primera cohorte, muchos aprendizajes, lindas historias plasmadas en cada una de las historias de vidas presentadas, un mosaico rico de estilos literarios, de miradas de la vida, de redescubrimiento de aspectos personales, que sin duda alguna les ha llenada a cada uno/a. Al leer, en lo personal, cada trabajo final, podemos decir que si acertamos con esta propuesta. Ahora nos toca extenderla por todos los rincones del planeta, pero sin duda alguna, extenderla en vuestros corazones.
En lo institucional, para ir culminando estas breves palabras, llena de honda emoción y significado para todos y todas, quienes formamos parte de una u otra manera de Cátedra de la Paz, queremos agradecer:
·       A la Dirección General de Cultura y Extensión por permitir la realización del Diplomado Nacional, reconociéndolo como una buena acción emprendida desde la Universidad.
·       A la Red Latinoamericana de Educación en DDHH y la Paz, a cargo del Licenciado Patricio Cabeza, quien ha confiado desde Argentina de esta iniciativa.
·       A Nathalie Carrillo Gómez, quien nos acompañó en este sueño y lo hizo todo lo posible, para hacerlo realidad.
·       A Junta Directiva de Cátedra de la Paz, que dio todo el apoyo para que este sueño, camine desde esta primera cohorte.
·       A los y facilitadores/as, quienes tuvieron la paciencia y la apertura de insertarse a todo riesgo en este sueño hecho realidad.
·       A Gina Trejo Urquiola y a la Señora Emma de Trejo, quienes con su estilo, sazón y cariño nos animaron con simples detalles, una amable sonrisa y un toque para resolver cada eventualidad.
·       En especial, estimados/as participantes, a cada uno/a de ustedes que permitieron con sus aportes, sabiduría y saberes ayudarnos a darle la pertinencia a esta propuesta en estos tiempos de cambios en la postmodernidad en que vivimos.
Para culminar, como Coordinador General de Cátedra de la Paz y conocedor del tema, me dirijo a cada uno/a de ustedes, para llamarles “colegas”, sean ustedes, muy honrados/as por ser parte de la primera generación de “Educadores/as para la Paz” que empieza a egresar desde el DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ.
Cierro mis palabras con el pensamiento de Luis Perico Pérez de SERPAJ Uruguay que nos dice "La enseñanza de los derechos humanos y la paz no es monopolio de algunos especialistas.  Todos debemos ser entusiastas pedagogos de lo humano y de lo humanizante".
Muchas Gracias.
Ptgo Walter Trejo Urquiola
Coordinador General Cátedra de la Paz / Universidad de Los Andes