lunes, 21 de octubre de 2013

LOS PRIMEROS EDUCADORES/AS PARA LA PAZ....


Iniciare mis palabras, en estos breves minutos, recorriendo lo que ha significado para nosotros/as, desde Cátedra de la Paz y Derechos Humanos “Mons. Oscar A. Romero” esta primera experiencia del DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ.La razón de ser desde sus inicios, de Cátedra de la Paz ha sido generar en la gente nueva re significación y reconstrucción de su práctica en el marco de la Cultura de Paz.
Retomo las sabias palabras, de esta reconstrucción presentada en el II Congreso Nacional Universitario de Cultura “El Arte y la Paz”, en Mérida, 11 y 12 de Noviembre de 2010, por el Licenciado Julio Parra Maldonado, integrante de la Junta Directiva de Cátedra de la Paz, al señalar que …Lo primero es encontrarnos con los otros. En ese encuentro, que llamamos Cátedra de la Paz son muchos los otros que han encontrado que hacer. Otros que se acercan, otros que se buscan, donde han convergido educadores, profesionales, universitarios, artistas, estudiantes de todos los niveles, amas de casa, jóvenes desempleados, promotores comunitarios, trabajadores de todos los campos, adolescentes, niños y niñas con el apoyo de sus familias, gente de las comunidades beneficiadas con los proyectos, voluntarios locales, pero también venidos de otros lugares de Venezuela y de otras partes del mundo.
Y así se suman esfuerzos por una Cultura de Paz. Una suma de esfuerzos, con una orientación que asocia, que crece, que hace crecer, que asoma una Cultura de Paz, propia aunque aunada a las corrientes mundiales, que permite dar estos aportes teóricos, metodológicos y muy prácticos a las localidades donde se desarrolla el trabajo diario, pero también para compartir con muchos otros que tienen la voluntad por un país que solucione sus dificultades, problemas y diferencias en un marco de Paz y democracia. Un país donde todos respetemos las diferencias, y aceptemos la necesidad del sacrificio para solucionar esos problemas sin violencia.
Diálogo, formación, ideas comunes, propuestas a problemas, alternativas que contemplen los principios y valores propuestos de Cultura de Paz, para lograr organización. Y todo con mucha participación de los afectados por los conflictos y también, necesariamente, de los generadores de conflictos.
Y también se hace necesaria la acción. Un paso importante es la planificación y ejecución sistemática de la acción. Inicialmente un proyecto que ordene las actividades; un seguimiento a la acción, que involucre evaluación y retroalimentación. Acá caben todas las técnicas y metodologías para la acción, siempre que respeten el conjunto de valores que acordamos son la Cultura de Paz. Es importante el método, pero más importante es que recordemos que en la vida, y de eso se trata de vida, no todo está metódicamente estructurado. Por lo menos no lo hemos acordado aún.
Acá convergen mucho de cultura popular, la educación popular, la investigación acción, arte, criterios sociológicos, panificación estratégica, gerencia social, historia local, teorías de desarrollo, teoría social (o teorías sociales), sicología, didáctica, pedagogía, andragogía, administración organizacional, ecología, comunitarismo, reportes mundiales, redes sociales, comunicación, ciencias políticas, tecnologías de la información, economía y pare de contar. Lamentablemente, y afortunadamente, la vida es complicada. Recordemos aquello de “respeto a la vida”.
La experiencia de Cátedra de la Paz decía Julio Parra Maldonado (2010) integra el conocimiento y praxis universitarios con la participación comunitaria, en la búsqueda de soluciones y alternativas a los problemas sociales. Así, de este encuentro surge toda una investigación - acción social, que arroja resultados como elaboración y desarrollo de proyectos, investigación del impacto de los programas, referencia para otros investigadores, propuestas de intervención comunitaria, formación de grupos de personas y de instituciones para la participación; en fin, una serie de postulados teórico - prácticos que permiten proyectar nuevas acciones con orientaciones asertivas para el logro de nuevos resultados.
Trabajar con la gente, respetando a la gente, asumiéndonos gente. No objetos de estudio; sujetos de vida es lo que debemos ser, sentirnos y hacer sentir. Y por supuesto mucha, pero mucha creatividad. Más que una receta precisa para un plato magistral, se debe asumir la Cultura de Paz, como una creación permanente, como arte creativo, como el camino del ensayo y logro, porque el error nos conlleva a mayores conflictos.
De este saber colectivo construido en veinte y seis años, lo hemos querido transferir en lo vivenciado en el DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ. Lo realizado, lo aprendido y lo reaprendido, lo significativo y lo innovador, lo humano y lo sagrado, lo pagano y lo virtuoso, las alegrías y los sueños, las esperanzas y las desesperanzas, que hemos vivenciado en cada paso del DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ, nos permite hoy en día, que si acertamos con la propuesta de profesionalización en este nivel académico para que hombres y mujeres, de todas las edades, sin distinción alguna puedan convertir no por un interese económico ni por un cargo, sino por el despertar en cada uno/a de ser fieles a una opción de vida que tenga como norte la promoción de la Cultura de Paz.
CREER ES TRANSFORMAR…nos decía el Monseñor Oscar Arnulfo Romero, guía y norte de la Cátedra de la Paz; sus palabras siempre nos han animado cada año, en las buenas y en las malas, en las dichas y en las adversidades; pero fiel al pensamiento de Mons. Romero, mártir de las Américas, próximamente elevado a los altares por su santidad, el papa Francisco, queremos demostrar a quienes nos acompaña en este recinto de la Ilustre Universidad de Los Andes, que estos hombres y mujeres han creído, que la Cultura de Paz es posible desde nuestro interior, desde nuestra alma para ser reflejo ante terceros, no solo de discursos ni parafraseando oraciones sin sentido, sino que es posible vivir y tener una opción preferencial por los pobres, desde la promoción de la dignidad humana y el respeto de los derechos humanos, rechazando todo tipo de violencia y respetando todos los estilos de vidas; que nos permita transformar, en primer lugar nuestros corazones y almas, luego el metro cuadrado donde cada uno/a se desenvuelven diariamente, creyendo firmemente que si es posible una sociedad basada en el amor, en la paz y la justicia.
Sin duda alguna, teníamos mucho que seguir diciendo hoy, con la emoción que nos embarga en este acto de certificación de la primera cohorte, muchos aprendizajes, lindas historias plasmadas en cada una de las historias de vidas presentadas, un mosaico rico de estilos literarios, de miradas de la vida, de redescubrimiento de aspectos personales, que sin duda alguna les ha llenada a cada uno/a. Al leer, en lo personal, cada trabajo final, podemos decir que si acertamos con esta propuesta. Ahora nos toca extenderla por todos los rincones del planeta, pero sin duda alguna, extenderla en vuestros corazones.
En lo institucional, para ir culminando estas breves palabras, llena de honda emoción y significado para todos y todas, quienes formamos parte de una u otra manera de Cátedra de la Paz, queremos agradecer:
·       A la Dirección General de Cultura y Extensión por permitir la realización del Diplomado Nacional, reconociéndolo como una buena acción emprendida desde la Universidad.
·       A la Red Latinoamericana de Educación en DDHH y la Paz, a cargo del Licenciado Patricio Cabeza, quien ha confiado desde Argentina de esta iniciativa.
·       A Nathalie Carrillo Gómez, quien nos acompañó en este sueño y lo hizo todo lo posible, para hacerlo realidad.
·       A Junta Directiva de Cátedra de la Paz, que dio todo el apoyo para que este sueño, camine desde esta primera cohorte.
·       A los y facilitadores/as, quienes tuvieron la paciencia y la apertura de insertarse a todo riesgo en este sueño hecho realidad.
·       A Gina Trejo Urquiola y a la Señora Emma de Trejo, quienes con su estilo, sazón y cariño nos animaron con simples detalles, una amable sonrisa y un toque para resolver cada eventualidad.
·       En especial, estimados/as participantes, a cada uno/a de ustedes que permitieron con sus aportes, sabiduría y saberes ayudarnos a darle la pertinencia a esta propuesta en estos tiempos de cambios en la postmodernidad en que vivimos.
Para culminar, como Coordinador General de Cátedra de la Paz y conocedor del tema, me dirijo a cada uno/a de ustedes, para llamarles “colegas”, sean ustedes, muy honrados/as por ser parte de la primera generación de “Educadores/as para la Paz” que empieza a egresar desde el DIPLOMADO NACIONAL EN CULTURA DE PAZ.
Cierro mis palabras con el pensamiento de Luis Perico Pérez de SERPAJ Uruguay que nos dice "La enseñanza de los derechos humanos y la paz no es monopolio de algunos especialistas.  Todos debemos ser entusiastas pedagogos de lo humano y de lo humanizante".
Muchas Gracias.
Ptgo Walter Trejo Urquiola
Coordinador General Cátedra de la Paz / Universidad de Los Andes



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