martes, 21 de agosto de 2018

GIMKANA EDUCATIVA: UNA PROPUESTA DE EDUCACION PARA LA PAZ


Educar para la paz implica educar en valores desde la concepción de paz positiva, es decir, la potenciación del proceso de construcción de conocimientos traducida en relaciones fundamentadas en la paz entre los alumnos, padres y profesores; entre ciudadano y poder. Igualmente, significa una educación desde y para la acción como sujetos partícipes en la construcción de la paz, “… educar desde y para la no violencia, educar contra el conformismo y para la justa desobediencia; educar para entender el conflicto como vehículo de cambio; educar para una nueva sensibilidad ética hacia los derechos de cada persona” (Cátedra de la Paz, 2011).

Uno de los rasgos fundamentales de la Educación para la Paz emprendida por Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar Arnulfo Romero desde su proyecto UNA CLASE PARA LA PAZ ha sido aplicar la Gimkana Educativa.

Esta estrategia socio-educativa consiste en el trabajo en “estaciones” que permite al participante de forma lúdica reforzar y/o re-aprender desde otra mirada, un tema específico; en este caso, los temas de Cultura de Paz vinculados al contexto escolar en escuelas y liceos públicos del Estado Mérida.

Igualmente, se puede aplicar en contextos no formales como jornadas recreativas y/o planes vacaciones con niños y niñas de 8 años hasta los 12 años; así como en adolescentes de 12 años a 18 años definidos así según la legislación en Venezuela.

Según la plataforma Innovación Educativa señala en un artículo titulado “estaciones de trabajo: una alternativa para la evaluación tradicional” (Rodrigo Pino Gutiérrez y Abigail Torres Valenzuela, 2018) que en Chile al igual que en muchos países de Latinoamérica, es muy valorada la aplicación de pruebas estandarizadas; además las calificaciones o notas, siguen siendo el medio para determinar cuánto sabe o ha aprendido un estudiante, incluso en muchas escuelas es una herramienta utilizada para situar al alumno en una categoría o un estándar. En nuestra experiencia la evaluación pedagógica ha ido perdiendo espacio formativo en gran medida por una función social de certificación de aprendizajes.

Esos investigadores señalan que la experiencia en cátedra por diez años  y el acompañamiento a estudiantes en distintos centros educativos les llevó a la conclusión que estas evaluaciones provocan en los niños y estudiantes en general una brecha entre los aprendizajes reales y potenciales sugeridos por Vygotsky en Perinat (2007) y Baquero (1996) respectivamente.

En esas investigaciones se plantea que los procesos psicológicos de un sujeto tienen también un componente histórico y social, que los instrumentos de medición cumplen un papel central en la constitución de tales procesos.

El rasgo fundamental de esas investigaciones fueron "Las dinámicas utilizadas en las estaciones de trabajo están basadas en metodologías de Aprendizaje Basado en Problemas y Aprendizaje Basado en Proyectos, con el fin de que los equipos interactúen en una plenaria."

Desde esta perspectiva, los aprendizajes potenciales son la distancia entre el nivel de resolución de una tarea que un sujeto puede alcanzar actuando independientemente y el nivel que puede alcanzar con la ayuda de un compañero más competente o experto en esa tarea. Este fundamento nos dio la iniciativa de promover instancias  colectivas más que individuales, además de contextuales, relacionales y comprensivas evolutivas apuntan dichos investigadores.

La experiencia alcanzada desde el proyecto UNA CLASE PARA LA PAZ desde el año 1990, que hemos venido aplicando la GIMKANA EDUCATIVA bajo diversos nombres y motivaciones en el marco de las actividades que se emprende en escolares para las enseñanzas de Cultura de Paz ha permitido validar esta estrategia como una herramienta pedagógica que permite aprender y re-aprender un concepto desde las vivencias y experiencias de los y las participantes.

Con la finalidad de buscar otras alternativas para enseñar la Educación para la Paz, decidimos explorar esta metodología de forma activa, que potencie los saberes colectivos y utilizar estaciones de trabajo para verificar lo aprendido sin necesariamente aplicar una prueba o un test; solo con la interacción con los/as otros/as, de forma dinámica y proactiva que permita al participante apropiarse del conocimiento, aptitudes, comportamientos, valores, actitudes, entre otros.

En la Gimkana Educativa, las estaciones de trabajo están compuestas por sujetos en situación de aprendizaje y pueden participar en grupos integrados por seis participantes; por ellos, le colocan nombres a esos pequeños grupos de trabajo alusivos a la Paz.

Las dinámicas utilizadas en las estaciones de trabajo están basadas en metodologías como el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje basado en temas alusivos a la Paz, a modo que en equipos puedan interactuar en una plenaria; en el marco del enfoque socio-afectivo de la Educación para la Paz.

Las Gimkanas educativas realizadas en el año escolar, que rige en Venezuela, estan enmarcadas en el calendario de efemérides por la paz que desde el proyecto UNA CLASE PARA LA PAZ se ha adoptado; de allí cada Gimkana lleva un nombre, por ejemplo, Gimkana por la Paz, de la Solidaridad, del Buen Trato, del Ambiente Sano, entre otros.

En la práctica y vinculación con el contexto escolar, se utiliza un lenguaje común y sencillo, accesible a la realidad de los niños, las niñas y adolescentes atendidos en las experiencias de trabajo realizadas, principalmente desde el Estado Mérida (Venezuela)

Cuando hablamos de la Gimkana, se conforman las estaciones que se requieran según el tema tratados; en lugares físicos cerrados como un salón de clases o abiertos, como una cancha deportiva o parque; donde los y las participantes se sitúan en pequeños grupos  para realizar una actividad determinada que ha de realizar de manera grupal, con un tema común para cada una de las estaciones; puede ser un tema de saberes, una actividad de creatividad o recreativa, o en el caso de la mayoría de las experiencias, temas que están relacionados con actividades relacionadas con su cotidianidad.

El propósito es experimentar todos los sentidos, percibir las cosas de maneras diferentes, compartir puntos de vista sobre la colaboración y conocer los aprendizajes de otros/as sobre el tema relacionado con la Paz; pero sobretodo, como cada participante percibe o entiende desde su cotidianidad o retícula que es la paz o cómo puede construirla en su contexto de actuación (familia, escuela, comunidad).

La forma de trabajar la Gimkana por estaciones nos llevó a desarrollar distintas habilidades y al mismo tiempo reforzar las competencias abordadas, siempre con facilitadores que guían en trabajo con los y las participantes.

El/la facilitador/a tiene su guía de trabajo, en la cual tendrá información sobre los contenidos y metodología de cada estación y también dispone de las instrucciones necesarias sobre lo que ha de hacer en la misma (recursos, tiempo, etc).

Otro aspecto importante, al término del trabajo en cada estación, es anotar todo lo que haya sucedido en cada estación, así como otros comentarios sobre los contenidos, procedimientos, dificultades, opinión personal y una autoevaluación de su trabajo en parámetros de qué, cuánto y cómo trabajó con los contenidos presentados en esa estación. En muchos casos, es recomendable tener un apoyo para el trabajo de cada estación; además de la presencia y participación de los docentes, para efectos del proyecto, se les denomina “docentes de paz”. La sesión termina con una evaluación final que consta de una conclusión y una ronda de preguntas y respuesta entre los participantes y el/la facilitador/a.

En cada experiencia, los docentes de paz en los instrumentos aplicados evaluaron la Gimkana con mucha satisfacción y valoración a todos los niños, las niñas, adolescentes, al finalizar las experiencias; algunas expresiones fueron los facilitadores saben trabajar el tema, la valoración del trabajo en equipo fue buena, los niños y las niñas conocen los temas de la paz de forma pedagógica y  valoraron las experiencias como excelentes.

Finalmente, de esta experiencia aprendimos en Cátedra de la Paz que se deben considerar los siguientes criterios cuando se trabaja en esta Gimkana: analizar todos los asuntos relativos a la tarea y su acción de manera conjunta con los aprendices, hay que planificar todo; promover liderazgo y participación en los niños, las niñas y adolescentes; promover el trabajar en equipo y en forma coordinada; distribuir de forma equitativa las tareas entre los/as facilitadores/as; todo problema que afecte a la tarea debe ser tratado con los/as docentes de paz y los/as facilitadores/as; entre otros.

Reafirmamos, con las Gimkana Educativas es una herramienta válida para la Educación de la Paz en los actuales contextos de actuación (familia, escuela, comunidad) además de potencializar en el participante, los baluartes de la Paz.