sábado, 9 de agosto de 2025

EL LEGADO VIVO DE ELIAS SANTANA

 

La historia reciente de Venezuela en materia de participación ciudadana y defensa de los derechos humanos no puede contarse sin destacar la figura del activista Elías Santana, quien desde la década de los ochenta asumió un papel protagónico en la promoción de la organización vecinal, la educación ciudadana y el fortalecimiento del tejido social desde las comunidades.

Su nombre y legado están profundamente ligados a la Escuela de Vecinos, espacio formativo que motivó con el objetivo de capacitar a ciudadanos y ciudadanas para ejercer sus derechos, incidir en la vida pública y construir ciudadanía desde lo local.

Elías Santana comprendió, como pocos en su tiempo, que la transformación democrática del país debía partir de las comunidades organizadas, conscientes y articuladas. En sus inicios, sus talleres y encuentros se centraban en formar líderes vecinales con herramientas para conocer y defender sus derechos, asumir responsabilidades colectivas y exigir políticas públicas que respondieran a las verdaderas necesidades del pueblo.

Esa labor pionera se extendió con fuerza y coherencia en los años siguientes, consolidando redes de participación en diferentes estados del país, especialmente en zonas populares, donde su palabra y su ejemplo fueron faro de esperanza y movilización.

Su trabajo no se limitó a la formación, también asumió con convicción el rol de defensor de los derechos humanos y promotor de la corresponsabilidad entre ciudadanos y autoridades.

En medios de comunicación, asambleas vecinales, universidades y organizaciones sociales, Elías siempre apostó por el diálogo, la organización autónoma, la contraloría social y la construcción de una democracia participativa, auténtica y solidaria. Su visión se adelantó a su tiempo y sentó las bases de muchas experiencias ciudadanas que hoy siguen vivas, aún en medio de dificultades.

Su fallecimiento ha dejado un hondo vacío en el movimiento vecinal venezolano, pero también ha despertado un profundo reconocimiento a su vida, ejemplo y obra.

Con su partida física, diversas organizaciones del país han rendido homenaje a su memoria, destacando no solo su trayectoria, sino también la huella humana y ética que dejó en cada comunidad que acompañó.

Entre esas organizaciones se encuentra la Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar Arnulfo Romero, que desde sus inicios en 1987, tuvo la oportunidad de compartir y coincidir con Santana en diversas actividades realizadas en Caracas y Mérida, estableciendo desde entonces un lazo de afinidad y compromiso común por la paz, la democracia y la defensa de la dignidad humana.

En particular, el proceso emergente de Cultura de Paz en Mérida encontró en Elías un referente y aliado que siempre valoró los esfuerzos formativos de base, orientados a una ciudadanía consciente y activa.

Durante la misa en su memoria celebrada el 7 de agosto de 2025 en la Iglesia Santiago Apóstol de La Punta, en la Parroquia Osuna Rodríguez del municipio Libertador, el politólogo Walter José Trejo Urquiola, coordinador general de la Cátedra de la Paz, ofreció unas palabras emotivas en las que señaló:

"Elías Santana fue mucho más que un activista: fue un sembrador incansable de ciudadanía, un educador de conciencia colectiva, un enamorado de las comunidades. Nos enseñó que sin organización no hay derechos, que sin participación no hay democracia, y que sin esperanza no hay transformación posible. Hoy, su legado nos interpela y nos inspira a continuar la ruta que él trazó, desde cada rincón del país, con compromiso, humildad y perseverancia."

Trejo también destacó que Santana creía firmemente en la paz como una construcción social desde abajo, donde el protagonismo de las y los ciudadanos es indispensable. Esa visión es coincidente con los principios de la Cultura de Paz que la Cátedra de la Paz ha promovido en Mérida desde hace más de tres décadas, y que hoy más que nunca necesita ser reivindicada ante los desafíos actuales.

Elías Santana vive en cada comunidad que se organiza, en cada joven que se forma para ejercer liderazgo ético, en cada vecina o vecino que se atreve a alzar la voz por sus derechos.

Su ausencia física se convierte en presencia multiplicada en miles de venezolanos y venezolanas que siguen creyendo que otro país es posible, y que la clave está —como él decía— en "hacer que la gente participe, y sepa por qué y para qué lo hace".

Desde la Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero, su memoria se honra continuando su ejemplo: educar, organizar y movilizar por una Venezuela más justa, democrática y en paz.

Descansa en Paz, amigo Elías Santana.

Mérida, 7 de agosto 2025.

 


No hay comentarios: