lunes, 30 de marzo de 2020

CARACTERISTICAS DE LA SANTIDAD DE OSCAR ARNULFO ROMERO


Cuando se trata de beatificar o de canonizar a un hombre, es aquí donde se le examina: su amor.
El amor es la santidad y la medida de la santidad.
Si un hombre sabe desprenderse de sí mismo y amar, es santo;
si un hombre habla mucho de santidad pero no sabe amar, no es santo
Mons. Romero (13 mayo 1979)



Como decíamos antes, para el pueblo sencillo y pobre, para las organizaciones cristianas y para gran parte de la población, Mons. Romero ha sido siempre un santo, ¿qué tipo de santidad descubrimos en él?:

Sin duda las CARACTERISTICAS TRADICIONALES de santidad: 

-    INTEGRIDAD y COHERENCIA DE VIDA, la cual está fuera de toda discusión, si hubiera tenido alguna falla personal sus enemigos no hubieran tardado en sacarla a luz para denigrarlo, pero, nunca lo hicieron porque nunca le encontraron nada. Por otra parte, a la base de su vida, cristiana y sacerdotal estaba, ante todo, una personalidad humilde, sencilla y madura, porque como él mismo dijo “antes de ser un cristiano tenemos que ser muy humanos” (3 diciembre 1978)
-    HOMBRE DE ORACION: quienes estuvieron cerca de él testimonian la constancia y la intensidad de su oración; él mismo lo testimonia en sus homilías, era uno de sus temas preferidos: quiero recomendar la necesidad de encontrar ese único necesario, la necesidad de orar” (Homilía de 17 julio 1977). Pero, la de Mons. Romero no es una oración alienante: “La Religión no consiste en mucho rezar, la Religión consiste en esa garantía de tener a mi Dios cerca de mí; porque le hago el bien a mis hermanos. La garantía de mi oración, no es el mucho decir palabras, la garantía de mi plegaria está muy fácil de conocer: ¿cómo me porto con el pobre?, porque allí está Dios (5 Febrero 1978).
-    DEVOTO DE LA SANTISIMA VIRGEN. Mons. Romero nació el 15 de agosto, conmemoración de la Asunción de María, podemos decir que desde allí llevaba la impronta mariana en su espíritu. Pero, también, lo hacía con madurez: “María, tanto para ustedes pueblo de Dios, es una laica; María no es sacerdote ni religiosa; María es una esposa, María es una madre de familia, María es una mujer seglar. Allí estuviera sentada en las bancas de la Catedral como una de estas mujeres que me escuchan y yo no la distinguiría. Pero su corazón lleno de este carisma profético absorbía las palabras del gran profeta, Jesucristo su hijo” (15 junio 1979). Su teología mariana es una visión historizada de María: María se hace salvadoreña y encarna a Cristo en la historia de El Salvador, y María se hace del apellido de ustedes y de mi apellido para encarnar la historia de su familia, de mi familia en la vida eterna del Evangelio. María se identifica en la vida eterna del Evangelio. María se identifica con cada uno de nosotros para encarnar a Cristo en nuestra propia vida individual. Dichosos si de veras en eso hacemos consistir la devoción a la Virgen. Por eso el Concilio avisó a los predicadores que se cuidaran mucho de fomentar la falsa idea de la devoción a la Virgen que lamentablemente nos ha separado de los protestantes, porque algunos católicos han llegado a hacer de la Virgen una idolatría, una mariolatría. Pero la verdadera doctrina es que María no es un ídolo. El único salvador es Dios Jesucristo, pero María es el instrumento humano, la Hija de Adán, la Hija de Israel, encarnación de un pueblo, hermana de nuestra raza, pero que por su santidad fue capaz de encarnar en la historia la vida divina de Dios. Entonces, el verdadero homenaje que un cristiano puede tributar a la Virgen es hacer como Ella el esfuerzo de encarnar la vida de Dios en las vicisitudes de nuestra historia transitoria (24 diciembre 1978).

-    FIEL A LA IGLESIA, AL PAPADO Y AL MAGISTERIO. De formación tradicional, estos eran puntos fuertes en la personalidad de Mons. Romero y, por eso, su lema al asumir el Arzobispado fue: “Sentir con la Iglesia” y, en los últimos años, a pesar de las dificultades que tuvo con otros obispos, de la incomprensión del Papa y de la Curia Vaticana, se mantuvo fiel a sus principios de obediencia absoluta a la institución: Hermanos, la gloria más grande de un pastor es vivir en comunión con el Papa. Para mí, es el secreto de la verdad y de la eficacia de mi predicación estar en comunión con el Papa. Y cuando encuentro en su magisterio pensamientos y gestos parecidos a los que necesita nuestra Iglesia, me lleno de alegría” (2 marzo 1980). Le doy gracias a Dios que toda mi vida sacerdotal la ha querido caracterizar por una solidaridad y fidelidad al Santo Padre, al representante de Cristo. Mis ojos están fijos en él, jamás pienso en traicionarlo” (25 marzo 1979).
-    POBREZA Y AUSTERIDAD EN SU VIDA: al inicio de su episcopado algunas familias pudientes quisieron regalarle una vivienda en un barrio de clase alta, sin embargo, él rechazó aquella propuesta y se fue a vivir a la sacristía del Hospital para cancerosos la Divina Providencia, sus razones las fue exponiendo en las homilías: Cristo es la riqueza absoluta del hombre. Por ganar a Cristo hay que perderlo todo” (18 noviembre 1977), “Gracias a Dios, no adoramos la riqueza ni nos hace falta; cuando lo tenemos todo en el único Dios que ha creado las cosas de la tierra, nos sentimos infinitamente más desarrollados y ricos que los que creen consistir las riquezas en el oro y en las cosas de la tierra” (4 septiembre 1979),La pobreza evangélica une la actitud de la apertura confiada en Dios con una vida sencilla, sobria y austera que aparta la tentación de la codicia y el orgullo” (Puebla 1149. 11 noviembre 1979).
Fuente: SICSAL 2015

miércoles, 25 de marzo de 2020

RESPUESTA DE PAZ ANTE EL COVID-19


En los últimos días, hemos estado conectando con nuestros voluntarios, aliados para el desarrollo y con nuestros directivos desde Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero para visualizar la respuesta de paz ante el COVID-19.
Al reflexionar sobre el momento actual de cambio profundo que empezamos a vivir en el mundo, Sobí Lawalata (Indonesia) dijo: "Este es el momento en que nací para…". 
Es expresión sigue profundamente resonando en muchos constructores de paz, porque (1) nos sentimos exactamente lo mismo, (2) es aún más cierto hoy en día de lo que era hace unos meses, y (3) que es un lugar interior que podemos elegir para operar.
Por otra parte, Otto Scharmer señala “es un lugar interior que nos ayuda a ir más allá de una mentalidad reactiva de víctima y que nos permite retardar realmente abajo, para hacer una pausa y ver lo que sucede a nuestro alrededor como una invitación para conectarse a las fuentes más profundas de saber”.
En estos momentos, el Covid-19, al igual que cualquier interrupción, esencialmente se enfrenta a cada uno de nosotros con una elección: podemos elegir (1) para congelar, a su vez lejos de los demás, sólo se preocupan por nosotros mismos, o (2) a volverse hacia los demás para apoyo y consuelo a los que ahora necesitan nuestra ayuda comenta Scharmer.
Esa elección entre actuar de ego o actuar desde el conocimiento del ecosistema está en el centro de este momento, y también en el centro de nuestro trabajo, una elección que nos enfrentamos cada día, cada hora, cada momento. 
Cuanto más se hunde el mundo en el caos, la desesperación y la confusión, la mayor responsabilidad de nuestra presencia irradian, la compasión y la confianza a tierra. Sigue tomando realce la necesidad de seguir construyendo la paz y la esperanza.

De esas conversaciones que hemos decidido emprender y, en parte, reorientar nuestro camino hacia adelante con el lanzamiento de tres iniciativas:
El primero se llama Reconversión Institucional, que consiste en un periodo para reconstruir una nueva forma de emprender nuestra acción-reflexión-acción para materializar desde la Cátedra de la Paz el espacio para seguir fortaleciendo las iniciativas de la Sociedad Civil en Cultura de Paz y Derechos Humanos.
Es renovar una nueva infraestructura que de sentido a las decisiones, para apoyarse en nuestro momento actual de interrupción, y dejar que este momento nos mueven hacia la renovación de la gestión institucional en el marco del Plan Estratégico 2019-2021.
La segunda iniciativa, lo que va a pasar como un nuevo prototipo de un evento de transformación de los espacios formativos emprendido desde 2013 desde el Diplomado Nacional en Cultura de Paz para ofrecerlos desde la educación virtual a nuestros/as beneficiarios/as en estos días de emergencia sanitaria mundial generado por el COVID-19.
La tercera iniciativa se llama NUPAZ se centra en la creación de un nuevo conjunto de diplomados y acciones de creación de capacidades a corto plazo, centrado, a transformar realidades y atender las necesidades básicas que muchas personas de todos los sectores que se han articulado a nosotros.
Las primeras propuestas de NUPAZ se centrará en las prácticas de conciencia en el liderazgo emergente y el liderazgo digital: activismo transformador y de cambio en presencial y virtual. 
Los tres son los elementos básicos de nuestra mayor visión de crear colectivamente una nueva plataforma interdisciplinaria para el liderazgo emergente que nos permita apoyarnos en una acción-reflexión-acción más intencional, consciente y colectivamente.
Para concretar estas nuevas acciones en el marco de la presencia del COVID-19 requiere ahora más que nunca de voluntades y esfuerzos compartidos con otros/as que nos permita seguir construyendo la paz y la esperanza desde Venezuela.



lunes, 23 de marzo de 2020

SAN ROMERO DE AMERICA


El ángel del Señor  anunció en la víspera...
     El corazón de El salvador marcaba
     24 de marzo y de agonía.
     Tú ofrecías el Pan,
     el Cuerpo Vivo
     -el triturado cuerpo de tu Pueblo;
     Su derramada Sangre victoriosa
     -¡la sangre campesina de tu Pueblo en masacre  que ha de teñir en vinos de alegría la aurora conjurada!

     El ángel del Señor anunció en la víspera, y el Verbo se hizo muerte, otra vez, en tu muerte;  como se hace muerte, cada día, en la carne desnuda de tu Pueblo.

     ¡Y se hizo vida nueva   en nuestra vieja Iglesia!

     Estamos otra vez en pie de testimonio,
     ¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!
     Romero de la paz casi imposible en esta tierra en guerra.
     Romero en flor morada de la esperanza incólume de todo el Continente.
     Romero de la Pascua Latinoamericana.
     Pobre pastor glorioso,  asesinado a sueldo,  a dólar,  a divisa.

     Como Jesús, por orden del Imperio.
     ¡Pobre pastor glorioso,  abandonado
     por tus propios hermanos de báculo y de Mesa...!  (Las curias no podían entenderte: ninguna sinagoga bien montada puede entender a Cristo).

     Tu pobrería sí te acompañaba,  en desespero fiel, pastor y rebaño, a un tiempo, de tu misión profética.
     El Pueblo te hizo santo.
     La hora de tu Pueblo te consagró en el kairós.
     Los pobres te enseñaron a leer el Evangelio.

     Como un hermano herido por tanta muerte hermana,  tú sabías llorar, solo, en el Huerto.
     Sabías tener miedo, como un hombre en combate.
     ¡Pero sabías dar a tu palabra,  libre,  su timbre de campana!

     Y supiste beber el doble cáliz  del Altar y del Pueblo, con una sola mano consagrada al servicio.
     América Latina ya te ha puesto en su gloria de Bernini  en la espuma aureola de sus mares,   en el dosel airado de los Andes alertos,  en la canción de todos sus caminos, en el calvario nuevo de todas sus prisiones, de todas sus trincheras, de todos sus altares...

     ¡En el ara segura del corazón insomne de sus hijos!

     San Romero de América, pastor y mártir nuestro:

     ¡Nadie hará callar tu última homilía!

CREER ES TRANSFORMAR…vayan y transformen el mundo…

Pedro Casaldáliga


viernes, 20 de marzo de 2020

CARACTERÍSTICAS DE UNA SANTIDAD ORIGINAL


Además de las características de una santidad tradicional, Mons. Romero, presenta algunas notas que lo hacen un santo diferente, un santo especial, un santo difícil de comprender y, por supuesto, de seguir:
-       SANTIDAD PROFÉTICA: sin duda esta fue una característica muy especial, específica y novedosa en Mons. Romero; el anuncio y la denuncia que hizo durante sus 3 años como Arzobispo lo han catapultado a nivel mundial, difícilmente encontramos desde los profetas del Antiguo Testamento, un profeta con tanta fuerza; él era consciente de ese su talante profético: “Responsabilidad profética que ustedes tienen como pueblo de Dios y, yo como jerarquía; en el nombre y con la autoridad de Cristo, el gran profeta, ustedes y yo formamos dentro de nuestra propia vocación, la misión profética de la Iglesia” (15 junio 1979). Es obra de Dios, y por eso no tenemos miedo a la misión profética que el Señor nos ha encomendado. Ya me imagino que alguno dice: «¡Ah, se  está creyendo profeta!». No es que me crea profeta, es que ustedes y yo somos un pueblo profético, es que todo bautizado ha recibido participación en la misión profética de Cristo… Nunca me he creído profeta como en el sentido de único en el pueblo porque sé que ustedes y yo, el pueblo de Dios, formamos el pueblo profético, y mi papel únicamente es excitar en ese pueblo su sentido profético que no lo puedo dar yo, sino que lo ha dado el Espíritu” (14 julio 79).

-       SANTIDAD POLÍTICA: otra de sus grandes habilidades fue saber iluminar sabiamente las realidad socio-políticas que se vivían en su tiempo: a la luz de la Palabra divina que revela el proyecto de Dios para la felicidad de los pueblos, tenemos el deber, queridos hermanos, de señalar también las realidades; ver cómo se va reflejando entre nosotros o se está despreciando entre nosotros, el proyecto de Dios. Nadie tome a mal que a la luz de las palabras divinas que se leen en nuestra misa iluminemos las realidades sociales, políticas, económicas, porque de no hacerlo así, no sería un cristianismo para nosotros…  Ya sé que hay muchos que se escandalizan de estas palabras y quieren acusarla de que ha dejado la predicación del evangelio para meterse en política, pero no acepto yo esta acusación, sino que hago un esfuerzo para que todo lo que nos ha querido impulsar el Concilio Vaticano II, la Reunión de Medellín y de Puebla, no sólo lo tengamos en las páginas y lo estudiemos teóricamente, sino que lo vivamos y lo traduzcamos en esta conflictiva realidad de predicar como se debe el Evangelio... para nuestro pueblo… (23 marzo 1980)
-       SANTIDAD EN FIDELIDAD AL PUEBLO: si como decíamos antes, Mons. Romero fue fiel a la Iglesia, pero, tampoco lo fue menos al pueblo: Pero quiero asegurarles a ustedes, y les pido oraciones para ser fiel a esta promesa, que no abandonaré a mi pueblo sino que correré con él todos los riesgos que mi ministerio me exige... (11 noviembre 1979)

-       SANTIDAD EN LA PERSECUCIÓN Y EL MARTIRIO: la comisión de teólogos aprobó, a principios de año, el reconocimiento de la muerte “in odium fidei” y el Santo Padre lo ratificó posteriormente. Y es que Mons. Romero vivió la persecución y el martirio por odio a la fe, por odio a la justicia, a la verdad y a los pobres: como rumores los creo también los que me avisaron esta semana que yo también anduviera con cuidado que se estaba tramando algo contra mi vida. Yo confío en el Señor y sé que los caminos de la Providencia amparan a quien trata de servirle (7 enero 1979); Qué hermoso poder decir como Cristo: «Todo se ha cumplido». En mi vida no he sido más que un poema del proyecto de Dios y de mi propia realización. Me he realizado tal como Dios quería, he seguido la vocación que Dios me dio. He tratado de ser como Dios quería que fuera (13 abril 1979). Así completo mi consagración al Corazón de Jesús que fue siempre fuente de inspiración y alegría cristiana en mi vida. Así también pongo bajo su providencia amorosa toda mi vida y acepto con fe en Él mi muerte por más difícil que sea… Me basta para estar feliz y confiado saber con seguridad que en Él está mi vida y mi muerte, que a pesar de mis pecados en Él he puesto mi confianza y no quedaré confundido” (último retiro 25 febrero 1980)
En esta gran solemnidad de tu beatificación, reiteramos, Mons. Romero, nuestro compromiso de seguir los pasos de Jesús de Nazaret a tu estilo, en una Iglesia pobre para los pobres.
 Fuente: SICSAL 2015


lunes, 16 de marzo de 2020

ROMERO VIVE EN EL CORAZON DEL PUEBLO.


El proceso de beatificación y canonización de Oscar Arnulfo Romero no ha sido fácil.  El pueblo salvadoreño y  todo el pueblo de América Latina lo han proclamado tempranamente como San Romero de América.  Pero ha habido resistencias y dilaciones de parte de quienes aducen que no es prudente beatificarlo, por ser un personaje incómodo y ajeno a la predicación tradicional.  Estas dificultades las ha superado el Papa Francisco al reabrir “el caso Romero”, inserto en una dolorosa y larga historia, regada en todo el  continente por la sangre de muchos que fueron solidarios con los pobres.  Por eso, el 23 de mayo de 2015 será recordado como un día en el que se hizo justicia, al menos en el ámbito eclesial.  Esto, porque hasta hoy no se ha aclarado ante los tribunales salvadoreños el asesinato de Monseñor Romero, no obstante estar precisada la información sobre los autores del crimen y sus inspiradores.
El 24 de marzo de 1980, mientras celebraba la eucaristía, Romero fue asesinado de un balazo disparado por un sicario de la oligarquía.  La policía inspeccionó el lugar de los hechos sólo nueve días después del crimen.  No tomó ninguna prueba ni interrogó a los testigos.  En la autopsia se hallaron fragmentos de una bala calibre 22, algo que no se incluyó en el acta.  El director de la Policía Nacional declaró tres semanas más tarde que era imposible saber el calibre de la bala.  Se designó como juez instructor a Atilio Ramírez.  Tres días después de su nombramiento, desconocidos penetraron en su casa, dispararon  e hirieron a una empleada del hogar.  Ramírez abandonó El Salvador para no regresar.  Napoleón González, quien había presenciado cómo los asesinos habían escapado en un automóvil, fue secuestrado y continúa desaparecido.
Roberto D”Aubuisson, quien ordenó el asesinato con el apoyo del ejército, lanzó una campaña para achacar a la izquierda la muerte de Romero.  El 7 de mayo de 1980, doce oficiales militares y doce civiles fueron capturados en una hacienda cercana a San Salvador por sospecha de preparación de un golpe de Estado.  Entre ellos estaba D”Abuisson.  La documentación incautada daba indicios  relativos al asesinato de Romero.  Pero ninguno de esos documentos  fue puesto a disposición del juez instructor.
En septiembre de 1981, D”Abuisson fundó la ultraderechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), con la que llegó al gobierno en 1988.  Años antes, en marzo de 1984, D”Abuisson había presentado, en una videograbación, la declaración de un supuesto comandante de la guerrilla, de nombre Pedro Lobo, quien asumió la responsabilidad del asesinato de Romero.  Lobo era un delincuente común a quien habían sobornado con cincuenta mil dólares.  Aunque todas las pruebas apuntaban hacia  D”Abuisson, éste nunca llegó a los tribunales, pues gozaba de inmunidad parlamentaria como diputado y presidente a la Asamblea Legislativa.  Falleció en 1992 a causa de un cáncer de laringe.  Hoy sigue siendo honrado como héroe por sus seguidores, pues habría preservado  del comunismo a El Salvador.
Parte de los acuerdos de 1992 entre el gobierno y las fuerzas populares fue la creación de una Comisión de Verdad para investigar los crímenes y las violaciones de derechos humanos del período del conflicto armado de El Salvador.  La Comisión publicó su informe el 15 de marzo de 1993.  De éste se desprende que el ejército fue responsable de más del noventa por ciento de las atrocidades cometidas durante la guerra civil.  Uno de los casos investigados fue el asesinato del Arzobispo Romero:  Se constata que es  totalmente evidente que el ex mayor Roberto D”Abuisson Arrieta dio la orden de asesinar al Arzobispo y dio instrucciones precisas a miembros de su entorno de  seguridad, actuando como “escuadrón de la muerte”, de organizar y supervisar la ejecución del asesinato.
La creación de la Comisión de la Verdad exigía llevar ante los tribunales a los responsables de los crímenes documentados e indemnizar a las víctimas.  Pero cinco días después de la publicación del informe, la Asamblea Legislativa aprobó una amplia ley de amnistía con el nombre de “Ley de Reconciliación Nacional” y que abarcaba todos los delitos y violaciones de derechos humanos cometidos desde el 1º de enero de 1980.  Esta amnistía general ha conducido a perder la oportunidad de una verdadera reconciliación, además de atentar contra los tratados internacionales sobre derechos humanos y que El Salvador había ratificado.
En septiembre de 1993, María Julia Hernández, directora de la Oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador y Tiberio Romero, hermano del Arzobispo, llevaron el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en Washington.  La acusación decía que  “agentes de la República de El Salvador, que integraban escuadrones de la muerte, ejecutaron extrajudicialmente a monseñor Oscar Arnulfo Romero”.  Hasta agosto de 1997, la Comisión requirió hasta cuatro veces información y datos al gobierno de El Salvador.  Sólo en febrero de 1998 el gobierno entregó una respuesta, en la que pidió archivar el caso invocando para ello la ley de amnistía de 1993.
En agosto y septiembre de 2004, en el Tribunal de Fresno, California, se presentó una demanda judicial contra Alvaro Saravia, mano derecha de Roberto D”Abuisson, por la planificación y ejecución del crimen de Romero.  Esto, porque Saravia vivía libre e impunemente desde 1987 en Estados Unidos..  El 3 de septiembre de 2004, el tribunal emitió una sentencia condenando a Saravia a pagar una indemnización de diez millones de dólares.  Saravia nunca se presentó al juicio y su paradero es aún desconocido.  Tutela Legal pidió que el juicio penal fuera reabierto por la justicia salvadoreña, lo que no ha ocurrido.  En 2014, Tutela Legal, creación de Romero, ha sido cerrada por disposición del actual Arzobispo de San Salvador.
La Comisión de la Verdad recomendó también una investigación de los escuadrones de la muerte.  Para ello, en 1993 se creó un “Grupo conjunto para la investigación de grupos armados ilegales con motivación política”.  Esta  investigación concluyó que existían nexos entre los escuadrones de la muerte y la economía privada y círculos de los salvadoreños residentes en Florida.  Estas recomendaciones tampoco se han aplicado.  Los escuadrones de la muerte continúan existiendo,  bajo el pretexto de actuar contra la “delincuencia común”.
En 1990 se inició el proceso oficial de beatificación de Romero.  El proceso terminó en 1996 a nivel diocesano y se envió a Roma.  En 1996, Juan Pablo II visitó El Salvador y preguntó a los obispos salvadoreños sobre lo que pensaban acerca de una posible beatificación de Romero.  La respuesta la dio el obispo René Revelo: “Romero es el responsable de los setenta mil muertos que hubo en este país”.
En la capilla donde Romero fue asesinado, las monjas a cargo del recinto habían colocado una lápida conmemorativa, calificándolo de “buen pastor y mártir”.  El responsable del proceso de beatificación ordenó cubrir la palabra “mártir” con una cinta adhesiva negra, hasta que el título fuera concedido con autorización oficial de la Iglesia.
Los opositores a Romero tienen cargos influyentes en El Vaticano, al igual que en El Salvador, como son los miembros de la clase alta y los integrantes del círculo de D”Abuisson. Ellos  pusieron en marcha el asesinato y aún ahora afirman que el Arzobispo fue manipulado por los jesuitas.  Distinta es la visión de los pobres, en cuyas chozas cuelga siempre una imagen de Romero.
La tumba de Romero se encuentra en el subsuelo de la catedral de San Salvador.  Este lugar y la capilla donde fue asesinado se han convertido en lugares de peregrinación.  En los treinta y cinco años transcurridos desde su muerte, se ha formado una tradición en torno a Romero.  En las canciones, los “corridos” típicos de El Salvador, las comunidades recuerdan  a Romero y su martirio.  El 24 de marzo de cada año, miles recorren en procesión el centro de San Salvador hasta la catedral, para conmemorar su asesinato con una misa solemne.  En el Centro Monseñor Romero de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, se encuentra un lugar conmemorativo de Romero, de los jesuitas asesinados y de todos los mártires de El Salvador.  Allí se han recopilado centenares de libros y escritos sobre Romero, en muchos idiomas.  Por primera vez, el 19 de marzo de 2000 se proyectó en un canal de televisión privado una película sobre Romero.  Anteriormente, esta película había sido prohibida en El Salvador.  En una edición de nueve tomos se han publicado sus homilías y su diario espiritual.  Se creó una fundación que lleva su nombre para mantener vivo su recuerdo.
En septiembre de 2000, los obispos argentinos hicieron confesión de culpa por su silencio durante los años de dictadura militar.  Lo hicieron delante de las fotografías de Romero y del obispo Enrique Angelleli, asesinado en 1976, en Argentina, por su defensa de los perseguidos.  De esta manera manifestaron que Romero y Angelleli habían realizado aquello que ellos omitieron.
Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino se han referido siempre en sus escritos teológicos a Romero y sus homilías.  Ellacuría escribió en “El pueblo crucificado” cómo, ante la miseria y la opresión, se puede seguir hablando todavía de salvación cristiana.  Jon Sobrino asocia la cruz de Cristo al sufrimiento de los pobres.  La salvación cristiana viene “de abajo” y está ligada a los pobres.  Karl Rahner, en “Dimensiones del martirio”, artículo publicado en 1983 en la revista “Concilium”, puso su mirada en El Salvador: “¿Por qué no habría de ser mártir un monseñor Romero, caído en la lucha por la justicia en la sociedad, en una lucha que él hizo desde sus más  profundas convicciones cristianas?”.  Jürgen Moltmann, en “El camino de Jesucristo”, colocó a Romero junto a Dietich Bonhoeffer como ejemplo extraordinario de mártir moderno.
El Centro de Reflexión Teológica de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, lleva el nombre de Romero y es uno de los centros más importantes de la teología de la liberación de América Latina.  Dado que los sectores conservadores insisten en que la teología de  la liberación ha muerto, el Centro Monseñor Romero es prueba de lo contrario.  Por su parte, Gustavo Gutiérrez ha manifestado que no le preocupa  el futuro de la teología de la liberación, sino que le preocupa dónde dormirán los pobres en el siglo XXI.
A pesar de que no se ha hecho justicia con Romero ni con los centenares de miles de mártires de América Latina, monseñor Romero se ha convertido en modelo de defensor de la dignidad humana y  de un orden mundial más justo.  Es así como en julio de 1998 se desveló una estatua de Romero en la entrada principal de la abadía de Westminster, en Londres, junto a otros mártires del siglo XX, entre ellos, Dietrich Bonhoeffer, Martin Luther King, Mahatma Gandhi y Maximilian Kolbe.  Se ha hecho realidad aquella afirmación de Romero:  “Si me matan, resucitaré en el pueblo”.

Fuente: Hervi Lara.
Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile. 
Comisión Etica contra la Tortura (CECT-Chile).




lunes, 9 de marzo de 2020

MONS ROMERO EL PUEBLO ES MI PROFETA


Este  libro es, en realidad, una selección de textos de las homilías de Monseñor Romero, de forma gráfica. En él encontraremos muchos fragmentos de su predicación. Las palabras de Monseñor van señaladas entre comillas o letra cursiva y a la par se indica la fecha, el volumen y la página, de la obra de sus homilías completas, donde podemos encontrar el fragmente citado; facilitando al lector su búsqueda.
Por supuesto, aquí no está todo lo que dijo Monseñor Romero.
Las homilías completas han sido editadas y publicadas por el Arzobispado de San Salvador en una colección de ocho volúmenes. Si alguien nos preguntara cuál es la mejor homilía de Monseñor Romero, nuestra respuesta sería clara: todas las homilías son excelentes.
Por eso, es muy difícil presentar el mensaje de Monseñor Romero en un solo volumen. Pretender atrapar el mensaje de Romero en un libro es como querer meter el mar en un vaso.
En el libro MONS ROMERO: EL PUEBLO ES MI PROFETA que puede encontrar en la Unidad de Documentación e Información de Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero de la Universidad de Los Andes en su sede ubicada en la comunidad de Los Curos (Estado Mérida) podrá verlo dividido en 34 temas. El libro tiene cuatro partes: en la primera presenta la figura de Monseñor Romero, su personalidad; la segunda, estudia su palabra sobre diversos temas; la tercera, su palabra sobre la realidad salvadoreña y termina el libro con un llamado a la esperanza. Los temas están escritos siguiendo diversos estilos con el fin de dar un poco de fluidez y variedad. Es una edición impresa del Equipo de Educación MAIZ.
Sin duda alguna, un buen libro que recomendamos para entender la santidad de Monseñor Romero en la Patria Grande.

lunes, 2 de marzo de 2020

BREVES DE MONS. ROMERO...


Oscar Arnulfo Romero Galdámez nació en Ciudad Barrios, en el Departamento de San Miguel, El Salvador. Ese país pequeño en Centro América, que tanta historia tiene, con su sufrimiento y lucha por la redención humana.
Romero fue ordenado sacerdote el 4 de abril 1942, con veinticuatro años, y en 1970 nombrado Obispo Auxiliar de San Salvador; luego de cuatro años es enviado como Obispo a la región cafetera de Santiago de María. Por fin en 1977 es nombrado Arzobispo de San Salvador por su perfil de estudioso y calmado dentro de la iglesia. Es aquí donde comienza su conversión al pueblo, reafirmando su condición profética.

Esta opción lo llevó al martirio, el 24 de Marzo de 1980, durante la eucaristía en la Capilla del hospital de la Divina Providencia, un asesino a sueldo entra y da un certero disparo al pecho de Romero. Muere inmediatamente. 

El gatillo fue accionado por un hombre, pero en realidad del arma hicieron uso grupos de poder que temieron a las denuncias del Obispo. Se supo luego que el autor intelectual fue Roberto D'Aubuisson, líder de los escuadrones de la muerte, militar, quien luego llegaría a ser Presidente del país.
Pero la obra de Oscar Arnulfo Romero no llegó hasta ese día. Sus obras, ideas, pensamientos, sus amores a Dios, a la Iglesia y al Pueblo trascendieron fronteras, ideologías y hasta creencias religiosas. Hoy en día Romero sigue siendo punto de referencia en la reconstrucción del país y entre las generaciones jóvenes que quieren cambiar su país.
Su pensamiento, que es el pensamiento social de base de la iglesia, guía la lucha por una sociedad mejor, su actuar no violento, de lucha por la paz, por la redención del pobre se mantiene en las organizaciones, movimientos y personas que caminan por un mundo donde no impere la injusticia.
Se cumplió su profecía. “si me matan, resucitare en el pueblo salvadoreño”.