Algo
hay que dejarle a este mundo que se ve reflejado en el hoy y las generaciones
que vendrán, y no puede ser que estos sean victimas de nuestra incapacidad de reacción.
Por Juan Quintero.
En
la ciudad donde vivo hay un sistema de transporte masivo que me lleva a recorrer
21 estaciones por el momento, eso es más de 12km de completa calma y sin congestión
vehicular que embotella a más de uno, lo único incomodo podría ser las personas
que van apretadas un poco mas que
sardina en lata en las horas pico, pero es algo llevadero. El silencio es la conversación
más común, somos un poco introvertidos en mi cultura merideña por lo cual es aceptable,
un favor muy merecido para disfrutar del paisaje, las montañas, la eterna nieve
del pico bolívar, los parques y sus fuentes, en fin, pensar también
es un buen ejercicio que se hace en el recorrido antes de ir al lugar de
trabajo, universidad, etcétera, o de regreso a casa. Con detalle en el
recorrido se pude observar parques que hacen alusión a la guerra, en las
tanquetas se montan los niños imaginado un ataque, parecido al que tal vez ven
por televisión o la internet , yo lo hacia hace ya bastantes años, no me caigo
a labia, pero a estas alturas me di cuenta que tal vez es un mensaje subliminar
tratándole de decir a la gente que …las armas y tanques son la Paz… al coño el dialogo…, es que
hasta una trucha tiene su propio parque y es verdaderamente sorprendente.
A
lo mejor no influencio mucho el símbolo adoptado por los hippies en los años 80,
aquel con circulito que simulaba la huella de un ave (paloma de la paz) y que
se puede interpretar como una señal de “amor
y paz” para toda la humanidad, a tal punto que ni un parque inspiraron. A
veces pienso que la cultura heredada es la de la violencia. Y no porque se me
ocurre pensarlo por pensar, es que en los últimos 5 años se han invertidos 3000
millones de bolívares en equipamiento militar, en la lista cuentan; 24 cazas
sukhoi, 38 helicópteros, 100mil fusiles
kalashnikov, misiles, fragatas, submarinos entre otros. Y no lo hago para
señalar a un estado que tendrá su criterio como; la defensa de la soberanía, pero
si, para tal vez llamar a la reflexión aun cuando uno de los principios de
nuestro estado, esta el de”… La construcción
de una Sociedad Justa y Amante de la Paz…”, pero, ¿con armas? , es que ahí
es donde el silencio debemos de dejarlo a un lado y, apoderarnos de los medios
para motivar el dialogo, la convivencia
ciudadana, la cultura de paz, y que
nos sirva para ganarle a esos espacios que están ahí diciéndonos algo que nos
puede perjudicar. Algo hay que dejarle a este mundo que se ve reflejado en el
hoy y las generaciones que vendrán, y no puede ser que estos sean victimas de
nuestra incapacidad de reacción. Felicitaciones a la vez gracias, para quienes
algo hace a favor de la construcción de la Cultura de paz y
convivencia ciudadana, pero eso fue ayer, el hoy es seguir sumando conciencias
que sean agentes de cambio promotores del
dialogo, de la tolerancia, es que esa es la Herencia que se debe dejar, amenos
a alguien se le ocurrirá hacer un parque de la paloma de la paz o el circulo de
la paz y estar diciendo lo que es el deber ser con una mirada que quien quiera
darla.
“No se puede cosechar lo que no se
siembra. ¿Cómo vamos a cosechar amor en nuestra República, si sólo sembramos
odio? (Homilía 10 de julio de 1977, I-II p. 128).”
Mons. Oscar Arnulfo Romero.