lunes, 14 de abril de 2025

LOS PÁRAMOS ANDINOS EN MANOS DE NIÑOS Y NIÑAS

 

El Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado cada 22 de abril, se ha convertido en una fecha clave para despertar conciencia y promover acciones concretas en defensa de nuestro planeta.

Desde la Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero, junto a organizaciones aliadas que impulsan la Cultura de Paz, este día ha sido dedicado a una causa vital para el presente y el futuro ambiental del estado Mérida: la valoración y protección de los Páramos Andinos, especialmente en la niñez y adolescencia escolar.

En este 2025, diversas actividades educativas, formativas y recreativas se han desplegado de la región andina (Mérida y Táchira) como parte de la Red Guardianes de los Páramos Andinos, una iniciativa pedagógica y comunitaria que busca sensibilizar a niños, niñas y adolescentes sobre la importancia ecológica, social y espiritual de estos ecosistemas únicos impulsada por la Asociación Civil EscuChamos.

¿Por qué los páramos?

Los páramos andinos son verdaderas fábricas de agua. Su vegetación, especialmente los frailejones, regula el ciclo hídrico, capta la humedad de las nubes y alimenta las cuencas hidrográficas que surten de agua a millones de personas en los Andes venezolanos.

Sin embargo, estos ecosistemas están cada vez más amenazados por el avance de la frontera agrícola, los incendios forestales, el cambio climático y la falta de educación ambiental.

Frente a ello, la Red Guardianes de los Páramos Andinos, promovida por la Cátedra de la Paz en articulación con escuelas, docentes, comunidades organizadas y colectivos ambientalistas, surge como un espacio formativo de acción, cuidado y amor por el territorio.

 

 

Educación ambiental con rostro humano

Durante la semana del Día del Planeta Tierra, la Cátedra de la Paz facilitó jornadas pedagógicas en diferentes instituciones educativas, integrando dinámicas como caminatas interpretativas, cuentos sobre la vida del frailejón, talleres de reciclaje, dibujo y pintura, teatro ecológico y siembra de plantas nativas. Estas actividades no solo enseñan contenidos científicos, sino que fortalecen valores de pertenencia, respeto y responsabilidad hacia la naturaleza.

“El frailejón es nuestro amigo, y si lo cuidamos, él nos cuida”, dijo una niña de 9 años durante una actividad en la escuela de Mucuchíes. Esa frase resume el espíritu de la Red: formar guardianes con conciencia y corazón, capaces de asumir el compromiso de proteger la vida desde pequeños.

Además, se han desarrollado alianzas con colectivos juveniles, educadores populares, líderes comunitarios y organizaciones no gubernamentales, entre otras, para ampliar el alcance territorial de la iniciativa y compartir herramientas educativas adaptadas al contexto local.

Cuidar el páramo es construir paz

Desde la mirada de la Cultura de Paz, cuidar los páramos no es solo una tarea ambiental: es un acto de justicia intergeneracional y de compromiso con el derecho humano al agua, la salud y la vida digna.

Esta conexión se alinea con los principios del Manifiesto sobre la Cultura de Paz de la ONU (2000), particularmente aquel que nos invita a “preservar el planeta Tierra”, así como con el espíritu de la próxima COP16 en Cali, Colombia, bajo el lema “Paz con la Naturaleza”.

Educar para la paz implica, en este sentido, educar para la defensa del territorio, para la resiliencia ecológica y para el amor por lo nuestro.

Por ello, la valorización de los páramos andinos en las escuelas no es un simple contenido transversal, sino una apuesta pedagógica profunda por formar ciudadanos sensibles, críticos y comprometidos.

Un compromiso que crece

La Cátedra de la Paz ha reiterado su compromiso de seguir impulsando la Red Guardianes de los Páramos Andinos, fortaleciendo capacidades en los docentes, creando materiales didácticos adaptados y promoviendo encuentros intergeneracionales entre niños y sabios del páramo.

En alianza con la Universidad de Los Andes y con organizaciones sociales, se aspira a consolidar un modelo replicable de educación para la sostenibilidad desde la infancia.

El Día del Planeta Tierra ha sido, entonces, una oportunidad para sembrar conciencia en la niñez y cosechar esperanza para los páramos.

“Porque en sus manos —pequeñas pero poderosas— está la posibilidad de un futuro donde convivamos en paz con la naturaleza y entre nosotros”, señaló el politólogo Walter Trejo Urquiola, promotor de esta iniciativa desde Mérida.

Mayor información: preparatemerida@gmail.com

 


 

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