El Día Internacional
de la Madre Tierra, celebrado cada 22 de abril, se ha convertido en una
fecha clave para despertar conciencia y promover acciones concretas en defensa
de nuestro planeta.
Desde la Cátedra de
la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar A. Romero, junto a organizaciones
aliadas que impulsan la Cultura de Paz,
este día ha sido dedicado a una causa vital para el presente y el futuro
ambiental del estado Mérida: la
valoración y protección de los Páramos Andinos, especialmente en la niñez y
adolescencia escolar.
En este 2025, diversas actividades educativas, formativas y
recreativas se han desplegado de la región andina (Mérida y Táchira) como parte
de la Red Guardianes de los Páramos
Andinos, una iniciativa pedagógica y comunitaria que busca sensibilizar
a niños, niñas y adolescentes sobre la importancia ecológica, social y espiritual
de estos ecosistemas únicos impulsada por la Asociación Civil EscuChamos.
¿Por qué los páramos?
Los páramos andinos
son verdaderas fábricas de agua. Su vegetación, especialmente los frailejones,
regula el ciclo hídrico, capta la humedad de las nubes y alimenta las cuencas
hidrográficas que surten de agua a millones de personas en los Andes
venezolanos.
Sin embargo, estos ecosistemas están cada vez más amenazados
por el avance de la frontera agrícola, los incendios forestales, el cambio
climático y la falta de educación ambiental.
Frente a ello, la Red
Guardianes de los Páramos Andinos, promovida por la Cátedra de la Paz en
articulación con escuelas, docentes, comunidades organizadas y colectivos
ambientalistas, surge como un espacio
formativo de acción, cuidado y amor por el territorio.
Educación ambiental con rostro
humano
Durante la semana del Día del Planeta Tierra, la Cátedra de
la Paz facilitó jornadas pedagógicas en diferentes instituciones educativas,
integrando dinámicas como caminatas interpretativas, cuentos sobre la vida del
frailejón, talleres de reciclaje, dibujo y pintura, teatro ecológico y siembra
de plantas nativas. Estas actividades no solo enseñan contenidos científicos,
sino que fortalecen valores de
pertenencia, respeto y responsabilidad hacia la naturaleza.
“El frailejón es nuestro amigo, y si lo cuidamos, él nos
cuida”, dijo una niña de 9 años durante una actividad en la escuela de
Mucuchíes. Esa frase resume el espíritu de la Red: formar guardianes con conciencia y corazón, capaces de asumir el
compromiso de proteger la vida desde pequeños.
Además, se han desarrollado alianzas con colectivos juveniles, educadores populares, líderes
comunitarios y organizaciones no gubernamentales, entre otras, para
ampliar el alcance territorial de la iniciativa y compartir herramientas
educativas adaptadas al contexto local.
Cuidar el páramo es construir paz
Desde la mirada de la Cultura de Paz, cuidar los páramos no es solo una tarea ambiental:
es un acto de justicia
intergeneracional y de compromiso con el derecho humano al agua, la
salud y la vida digna.
Esta conexión se alinea con los principios del Manifiesto sobre la Cultura de Paz de
la ONU (2000), particularmente aquel que nos invita a “preservar el planeta
Tierra”, así como con el espíritu de la próxima COP16 en Cali, Colombia, bajo el lema “Paz con la Naturaleza”.
Educar para la paz implica, en este sentido, educar para la defensa del territorio, para
la resiliencia ecológica y para el amor por lo nuestro.
Por ello, la valorización de los páramos andinos en las
escuelas no es un simple contenido transversal, sino una apuesta pedagógica
profunda por formar ciudadanos sensibles, críticos y comprometidos.
Un compromiso que crece
La Cátedra de la Paz ha reiterado su compromiso de seguir
impulsando la Red Guardianes de los Páramos Andinos, fortaleciendo capacidades
en los docentes, creando materiales didácticos adaptados y promoviendo
encuentros intergeneracionales entre niños y sabios del páramo.
En alianza con la Universidad de Los Andes y con
organizaciones sociales, se aspira a consolidar un modelo replicable de
educación para la sostenibilidad desde la infancia.
El Día del Planeta Tierra ha sido, entonces, una oportunidad para sembrar conciencia en la
niñez y cosechar esperanza para los páramos.
“Porque en sus manos —pequeñas pero poderosas— está la
posibilidad de un futuro donde convivamos en paz con la naturaleza y entre
nosotros”, señaló el politólogo Walter Trejo Urquiola, promotor de esta
iniciativa desde Mérida.
Mayor información: preparatemerida@gmail.com
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