Educar para la paz implica educar en valores desde la
concepción de paz positiva, es decir, la potenciación del proceso de
construcción de conocimientos traducida en relaciones fundamentadas en la paz
entre los alumnos, padres y profesores; entre ciudadano y poder. Igualmente,
significa una educación desde y para la acción como sujetos partícipes en la
construcción de la paz, “… educar desde y para la no violencia, educar contra
el conformismo y para la justa desobediencia; educar para entender el conflicto
como vehículo de cambio; educar para una nueva sensibilidad ética hacia los
derechos de cada persona” (Cátedra de la Paz, 2011).
Uno de los rasgos fundamentales de la Educación para la Paz
emprendida por Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar Arnulfo Romero
desde su proyecto UNA CLASE PARA LA PAZ ha sido aplicar la Gimkana Educativa.
Esta estrategia socio-educativa consiste en el trabajo en
“estaciones” que permite al participante de forma lúdica reforzar y/o
re-aprender desde otra mirada, un tema específico; en este caso, los temas de
Cultura de Paz vinculados al contexto escolar en escuelas y liceos públicos del
Estado Mérida.
Igualmente, se puede aplicar en contextos no formales como jornadas
recreativas y/o planes vacaciones con niños y niñas de 8 años hasta los 12
años; así como en adolescentes de 12 años a 18 años definidos así según la
legislación en Venezuela.
Según la plataforma Innovación Educativa señala en un
artículo titulado “estaciones de trabajo: una alternativa para la evaluación
tradicional” (Rodrigo Pino Gutiérrez y Abigail Torres Valenzuela, 2018) que en
Chile al igual que en muchos países de Latinoamérica, es muy valorada la
aplicación de pruebas estandarizadas; además las calificaciones o notas, siguen
siendo el medio para determinar cuánto sabe o ha aprendido un estudiante,
incluso en muchas escuelas es una herramienta utilizada para situar al alumno
en una categoría o un estándar. En nuestra experiencia la evaluación pedagógica
ha ido perdiendo espacio formativo en gran medida por una función social de
certificación de aprendizajes.
Esos investigadores señalan que la experiencia en cátedra
por diez años y el acompañamiento a estudiantes
en distintos centros educativos les llevó a la conclusión que estas
evaluaciones provocan en los niños y estudiantes en general una brecha entre
los aprendizajes reales y potenciales sugeridos por Vygotsky en Perinat (2007)
y Baquero (1996) respectivamente.
En esas investigaciones se plantea que los procesos
psicológicos de un sujeto tienen también un componente histórico y social, que
los instrumentos de medición cumplen un papel central en la constitución de
tales procesos.
El rasgo fundamental de esas investigaciones fueron "Las
dinámicas utilizadas en las estaciones de trabajo están basadas en metodologías
de Aprendizaje Basado en Problemas y Aprendizaje Basado en Proyectos, con el
fin de que los equipos interactúen en una plenaria."
Desde esta perspectiva, los aprendizajes potenciales son la
distancia entre el nivel de resolución de una tarea que un sujeto puede
alcanzar actuando independientemente y el nivel que puede alcanzar con la ayuda
de un compañero más competente o experto en esa tarea. Este fundamento nos dio
la iniciativa de promover instancias
colectivas más que individuales, además de contextuales, relacionales y
comprensivas evolutivas apuntan dichos investigadores.
La experiencia alcanzada desde el proyecto UNA CLASE PARA LA
PAZ desde el año 1990, que hemos venido aplicando la GIMKANA EDUCATIVA bajo
diversos nombres y motivaciones en el marco de las actividades que se emprende
en escolares para las enseñanzas de Cultura de Paz ha permitido validar esta
estrategia como una herramienta pedagógica que permite aprender y re-aprender
un concepto desde las vivencias y experiencias de los y las participantes.
Con la finalidad de buscar otras alternativas para enseñar
la Educación para la Paz, decidimos explorar esta metodología de forma activa,
que potencie los saberes colectivos y utilizar estaciones de trabajo para
verificar lo aprendido sin necesariamente aplicar una prueba o un test; solo
con la interacción con los/as otros/as, de forma dinámica y proactiva que
permita al participante apropiarse del conocimiento, aptitudes, comportamientos,
valores, actitudes, entre otros.
En la Gimkana Educativa, las estaciones de trabajo están
compuestas por sujetos en situación de aprendizaje y pueden participar en
grupos integrados por seis participantes; por ellos, le colocan nombres a esos
pequeños grupos de trabajo alusivos a la Paz.
Las dinámicas utilizadas en las estaciones de trabajo están
basadas en metodologías como el aprendizaje basado en problemas y el
aprendizaje basado en temas alusivos a la Paz, a modo que en equipos puedan interactuar
en una plenaria; en el marco del enfoque socio-afectivo de la Educación para la
Paz.
Las Gimkanas educativas realizadas en el año escolar, que
rige en Venezuela, estan enmarcadas en el calendario de efemérides por la paz
que desde el proyecto UNA CLASE PARA LA PAZ se ha adoptado; de allí cada
Gimkana lleva un nombre, por ejemplo, Gimkana por la Paz, de la Solidaridad,
del Buen Trato, del Ambiente Sano, entre otros.
En la práctica y vinculación con el contexto escolar, se
utiliza un lenguaje común y sencillo, accesible a la realidad de los niños, las
niñas y adolescentes atendidos en las experiencias de trabajo realizadas,
principalmente desde el Estado Mérida (Venezuela)
Cuando hablamos de la Gimkana, se conforman las estaciones
que se requieran según el tema tratados; en lugares físicos cerrados como un
salón de clases o abiertos, como una cancha deportiva o parque; donde los y las
participantes se sitúan en pequeños grupos
para realizar una actividad determinada que ha de realizar de manera grupal,
con un tema común para cada una de las estaciones; puede ser un tema de
saberes, una actividad de creatividad o recreativa, o en el caso de la mayoría
de las experiencias, temas que están relacionados con actividades relacionadas
con su cotidianidad.
El propósito es experimentar todos los sentidos, percibir
las cosas de maneras diferentes, compartir puntos de vista sobre la
colaboración y conocer los aprendizajes de otros/as sobre el tema relacionado
con la Paz; pero sobretodo, como cada participante percibe o entiende desde su
cotidianidad o retícula que es la paz o cómo puede construirla en su contexto
de actuación (familia, escuela, comunidad).
La forma de trabajar la Gimkana por estaciones nos llevó a
desarrollar distintas habilidades y al mismo tiempo reforzar las competencias
abordadas, siempre con facilitadores que guían en trabajo con los y las
participantes.
El/la facilitador/a tiene su guía de trabajo, en la cual tendrá
información sobre los contenidos y metodología de cada estación y también
dispone de las instrucciones necesarias sobre lo que ha de hacer en la misma
(recursos, tiempo, etc).
Otro aspecto importante, al término del trabajo en cada
estación, es anotar todo lo que haya sucedido en cada estación, así como otros
comentarios sobre los contenidos, procedimientos, dificultades, opinión
personal y una autoevaluación de su trabajo en parámetros de qué, cuánto y cómo
trabajó con los contenidos presentados en esa estación. En muchos casos, es
recomendable tener un apoyo para el trabajo de cada estación; además de la
presencia y participación de los docentes, para efectos del proyecto, se les
denomina “docentes de paz”. La sesión termina con una evaluación final que
consta de una conclusión y una ronda de preguntas y respuesta entre los
participantes y el/la facilitador/a.
En cada experiencia, los docentes de paz en los instrumentos
aplicados evaluaron la Gimkana con mucha satisfacción y valoración a todos los
niños, las niñas, adolescentes, al finalizar las experiencias; algunas expresiones
fueron los facilitadores saben trabajar el tema, la valoración del trabajo en
equipo fue buena, los niños y las niñas conocen los temas de la paz de forma
pedagógica y valoraron las experiencias
como excelentes.
Finalmente, de esta experiencia aprendimos en Cátedra de la
Paz que se deben considerar los siguientes criterios cuando se trabaja en esta
Gimkana: analizar todos los asuntos relativos a la tarea y su acción de manera
conjunta con los aprendices, hay que planificar todo; promover liderazgo y
participación en los niños, las niñas y adolescentes; promover el trabajar en
equipo y en forma coordinada; distribuir de forma equitativa las tareas entre
los/as facilitadores/as; todo problema que afecte a la tarea debe ser tratado
con los/as docentes de paz y los/as facilitadores/as; entre otros.
Reafirmamos, con las Gimkana Educativas es una herramienta
válida para la Educación de la Paz en los actuales contextos de actuación
(familia, escuela, comunidad) además de potencializar en el participante, los
baluartes de la Paz.
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