viernes, 31 de marzo de 2017

DEL CIERRE FRONTERIZO, LO MAS PREOCUPANTES SON LAS HERIDAS..continuación

Irregulares no desmovilizados
El gobernador de Amazonas, Liborio Guarulla, asegura constantemente que grupos guerrilleros y paramilitares colombianos tienen prácticamente tomadas algunas poblaciones de su estado. Estas denuncias son constantes en los territorios fronterizos y los Acuerdos de Paz en Colombia no ha detenido estas aseveraciones.
Walter Trejo, corrobora esta situación basándose en testimonios de habitantes, agentes pastorales y sociales de los estados venezolanos colindantes con Colombia.
“Hay evidencia desde las vivencias y testimonios de esos ciudadanos de fronteras, de la presencia de esos grupos irregulares que viven, siguen sus actividades y tienen tomadas prácticamente algunas poblaciones de Venezuela; en algunos casos, bajo la mirada complaciente de las autoridades venezolanas (civiles y militares)”.
Los problemas más invisibilizados
Muchos tópicos se encuentran en las periferias desarrollándose como entes no perceptibles para la mayoría, en este caso para el gran público, como los pueblos indígenas, particularmente los Yukpas y Wuayyu, habitantes de la Sierra de Perijá y la península Guajira, respectivamente.
Denuncia el especialista que a pesar de la existencia de legislaciones en la materia, particularmente en Venezuela, “las situaciones que más padecen los pueblos indígenas es el desconocimiento e irrespeto a sus territorios, su cultura, costumbres, entre otros”.
Elementos que se vieron “agraviados -afirma- con las situaciones generadas por el cierre de la frontera desde julio 2015, que potencializaron las violaciones de Derechos Humanos que desde hace años se han ido cometiendo de forma permanente”.
Por otra parte, la constante vulneración también saca a colación el tema de la trata de personas (bajo la figura de explotación y esclavitud) que pocas organizaciones trabajan de forma abierta, pedagógica y articulada con otras.
En este caso lamenta que “con los hechos forjados por el cierre de la frontera, muchas de sus expresiones se generan con pleno consentimiento, de forma voluntaria y acordada; con la finalidad de poder escapar de distintas situaciones”, como las amenazas de grupos irregulares en Colombia o por la situaciones de inseguridad, escasez, falta de trabajo, entre otras que se viven en Venezuela.
Debemos actuar éticamente
El integrante de la Red Latinoamericana de Educación en Derechos Humanos considera que lo más preocupante son “las heridas que deja abiertas en la cosmovisión, en la psique y en el alma de muchos de los ciudadanos de frontera, que pueden generar otras manifestaciones desde la sociedad de ambos países”, como la xenofobia.
De mantenerse estas acciones, advierte, seguirán profundizándose las violaciones de los Derechos Humanos en ambos lados.
En un ejercicio de esperanza, como docente que es, recomienda a todo habitante u transeúnte de frontera “actuar apegados a principios universales como la solidaridad, la justicia, la paz, la equidad; de actuar éticamente apegados a la dignidad humana”.
“Debemos cambiar nosotros primero, cambiar nuestra propia relación con la frontera, desmontar los imaginarios de las fronteras que a veces, son muy fuertes y que son los que verdaderamente nos separan como pueblos hermanos, como verdaderos ciudadanos y ciudadanas de frontera”.
Nota: Continuación del interesante artículo realizado por Andrés Segovia a nuestro Coordinador General ptgo Walter Trejo Urquiola, el pasado 6 de marzo 2017 para Arenga/digital.
 

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