Todo el mundo quiere ser feliz, igualmente quiere la Paz. Si
miramos la realidad, pareciese que nadie quiere serlo. Es difícil comprender
este dilema que nos genera el dúo “felicidad-paz”.
Partamos que la paz para unos es un estado emocional y
espiritual; para otros, es la ausencia de guerras entre países o entre las
agrupaciones de personas.
La Paz para muchos es un derecho humano; lo cual, nos indica
en su condición universal de Derecho Humano que forma parte de los consagrados
en la Declaración Universal de Derechos Humanos consagrada por las Naciones
Unidas el 10 diciembre de 1948.
Entonces, si la Paz tiene relación con los Derechos Humanos
(DDHH), nos encontramos frente a otro dúo “paz-derechos humanos”; eso quiere
decir, que si no hay derechos humanos garantizados no tenemos paz y viceversa.
Pudiésemos decir que si tenemos Derechos Humanos protegidos,
garantizados por parte de los Estados Partes de las Naciones Unidas como
Venezuela, todos y todas tendríamos Paz que a la larga nos daría Felicidad.
Nos abocamos a la trilogía (paz-derechos humanos-felicidad)
que vamos llamando, la naturaleza de la paz. Es el sentido, primario de la paz
como concepto y como opción de vida.
Recordemos entonces, Paz-DDHH-Felicidad debe ser el norte de
toda acción emprendida por quien trabaja, cree y vive para la Cultura de Paz.
Cátedra de la Paz y Derechos Humanos Mons. Oscar Arnulfo
Romero viene desde hace 32 años, generando acciones socio-educativas y afectivas
para que las personas vean su importancia y se inserte desde sus contextos de
actuación (familia, escuela, comunidad) a asumir esta trilogía
(paz-ddhh-felicidad) como opción de vida para construir en cada momento, la
Esperanza y la Paz.
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